Acabamos de cambiar de año y aunque a menudo le rehuyo a eso
llamado reflexión, esta vez es distinto. Quizás porque este año que se fue ha
sido extrañamente intenso, en lo malo y en lo bueno, en lo rico y en lo cruel.
Se fue un año en que mis emociones se fueron del cielo, al
suelo y luego nuevamente al cielo. En el que tantas risas opacaron cualquier lágrima
pasada y a la vez tantas lágrimas opacaron esas risas y así, una y otra vez,
dando vueltas. Un año inestable, pues.
Hoy me siento frente
a esta computadora y no puedo evitar sentir ese tufillo a seguridad que ya me ronda. Ese airecito de
tranquilidad que he logrado encarcelar en mi después de tantos vaivenes. Porque
si hay algo que es realmente difícil de lograr para una persona como yo, tan
extremista en sus sentimientos y decisiones, es esa cuota de estabilidad que
hoy no pide ya permiso para entrar.
Nada de lo que pasó este 2012 fue por gusto. Hoy le
encuentro explicación a absolutamente todo lo que viví. E increíblemente, al
final de la ecuación, todo es bueno. Sentir que la relación con mis
hermanos ha cambiado radicalmente al
punto de sentir que son ellos mis mejores amigos, es bueno. Haber conocido y
estrechado lazos con nuevos amigo(as) “de la vida”, es bueno. Haber logrado mayor estabilidad en mi trabajo,
uno del que pensé me iría a los 3 meses, y haber empezado seriamente, al fin, a
estudiar para titularme, es bueno. Y haberte conocido a ti, mi chico, es más que bueno.
Tantas circunstancias que hoy ya no me interesa recordar,
dieron como resultado todo lo bueno que hoy atesoro. Como no creo en dios, no puede agradecer a
nadie por todo eso, sino solo a mi misma, y a ellos, por haberse cruzado en mi
camino. Todo da vueltas, y finalmente, como dice mi querido Drexler, nada se
pierde, todo se transforma, das lo que recibes, y solo recibes lo que das.
No voy a hacerla más larga. No hacen falta más palabras para
describir una situación que te llena en sí misma. No hacen falta más palabras
para disfrutar. Disfrutar que estoy aquí, y que no quisiera estar en ningún
otro lugar, rodeada de ninguna otra persona. Estoy aquí, justo en el lugar en
que debo y quiero estar.
Adios me fui a estudiar :)
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