A ver, lo primero que debo decir es que ese título no se refiere a mi regreso a las lides bloggeras, aunque debo aceptar que tras tantos meses sin publicar nada, también hay una especie de nostálgico retorno a este, mi primer blogg.
En cambio, mi título hace referencia a mi retorno al Perú, a mi país, a mi tierra. Para los que no sean seguidores, y para los que aún siéndolo ya no recuerdan de qué les hablo (pues el post al que haré referencia data de hace poco menos de 2 años), debo recordar que mi antigua entrada Para los que dicen que no regreso estuvo dirigida a todas aquellas personas - amigas y familiares - que directa o indirectamente afirmaban que, tras irme a España a estudiar mi maestría, decidiría quedarme por allá, sea por trabajo o por amor.
Muy segura yo, enumeraba varias razones - cada una mejor argumentada que la otra - de por qué estaba yo convencida de que únicamente me iba por los 10 meses que duraba mi maestría a tiempo completo, período después del cual volvería a mi país - tal como ocurrió la primera vez que viajé a España por estudios, allá en el lejano 2009.
Pues bien, resulta que volví. Que estoy escribiendo este post desde Lima, desde mi casa, desde mi sofá preferido. Así que cumplí. Volví.
Pero debo aceptar también que es un triunfo tramposo. Que finalmente- valgan verdades - ustedes tenían razón. Y no porque alguna de las razones que di para asegurar mi retorno no fuera tal, si no porque - aunque suene a cliché - la vida te sorprende.
Tal como les dije en aquel post, yo ya conocía Madrid y en absoluto iba a maravillarme por ese "otro mundo" europeo. Siempre me gustó. Tiene muchas cosas que quisiera en Lima, mucho desarrollo y orden, pero Lima también me gusta. Por distintas razones, pero la vida aquí me encanta.
También, como dije aquella vez, me fui a estudiar en serio. Cumplí con mi máster total y absolutamente y a pesar de que conocí personas maravillosas con las que me divertí todo lo que quise, no tuve ni la quinta parte de la "vida loca" de la primera vez. Fue más bien un vida tranquila, feliz.
Por último, es totalmente cierto que me fui enamorada, que pensaba que volvería por él. Pero resulta que estar enamorada no resultó ser lo mismo que amar. Estaba enamorada de una expectativa, idealizando a una persona como respuesta a esos extraños procesos que ocurren en nuestro cerebro cuando alguien nos gusta y creemos que es la persona correcta.
Como este post no se trata de amor, no voy a describir las mil y un razones por las que, al mirar hacia atrás, me queda tan claro que ello no era si quiera algo parecido al amor. Fue una experiencia, como tantas, de esas que justamente te permiten luego reconocer un amor totalmente distinto, un amor de dar, un amor con los pies en la tierra y el corazón entregado.
Poco tiempo después de irme lo conocí a él, mi ahora prometido. Tampoco voy a entrar a detallar como supe que era él, pero me basta decir que nunca imaginé que un amor así realmente existiera en la vida real. Siempre me hablaron de ese amor, pero nunca lo viví. Hasta hoy. Hasta hoy que estoy a 3 meses de casarme con el amor de mi vida y mudarme a Barcelona, junto a él. Así es como la vida me sorprendió, tal como mencioné en líneas arriba. Y por eso, aunque en estricto sí volví, debo reconocer que todos tenían razón: mi futuro ya no está más aquí.
Más de una persona me dice con alegría cosas como "qué suerte, una ciudad tan bonita como Barcelona", y aunque entiendo las nobles intenciones y la ilusión que a muchos hace el viejo continente, yo solo tengo que decir que ojalá no tuviera que irme. Y digo "tuviera que irme" no porque alguien me esté obligando a irme, sino porque mi corazón ya está allá, ya está con él y no existe otro lugar en el mundo en que yo podría estar, sino a su lado.
Pero no es fácil. No es fácil dejar la vida que conoces y sobretodo que disfrutas. Los rostros familiares, la encantadora rutina, la zona de confort. Migrar es empezar de cero, sin trabajo, sin amigos, con la familia lejos. Y aunque mi novio tiene una familia hermosa que ya siento como mía, se que será duro al inicio. Sin embargo, estoy completamente segura - porque me conozco y porque lo que vivo junto a él es tan maravilloso que borda con lo irreal - que al final todo estará bien, y haremos - yo y él - de Barcelona nuestro hogar.
Así que ya saben...solo me queda poco más de 3 meses en Lima, así que aprovechen porque ahora si me voy y ya no regreso!
Qué entrada tan bonita amor. Y como te he dicho antes, que melancólica a la vez. Cambiar de lugar de residencia puede ser algo difícil al principio. Pero si algo tengo muy claro es que nunca te va a faltar de nada.
ResponderEliminarAhora nos toca a nosotros empezar de cero, construir nuestro proyecto y buscar la felicidad.
Conocerte ha sido un sueño hecho realidad. Y ahora voy a protegerte y a amarte todos los días de mi vida. Porque mi vida eres tú.
Te leo y reafirmo por qué mi lugar no está más en Lima.Te quiero, y ese amor que nos tenemos es el más grande cimiento para todo lo que ahora nos toca construir.
ResponderEliminar